Marcelo Rojas Cairampoma. M V; Mg Ad Ed.*

Profesor Principal cesante de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos

Profesor de las Escuelas de Post Grado de la Universidad Nacional de Ica y Universidad Peruana Los Andes

* m_rojasc41@yahoo.es, mrojasc41@hotmail.com

Introducción

Cuando un tesista tiene que escribir, primero su Proyecto, y después el informe final (luego de obtener sus resultados) de su Tesis de Grado, se enfrenta en la soledad de su escritorio, a una serie de vicisitudes o peripecias, que se simplifica en: qué escribir y cómo escribirlo científicamente. Esta simplificación implica varias situaciones: personales (de suyo y de las asesorías) e institucionales.

Cada una de estas situaciones, observadas en mi experiencia empírica, es la materia de las evidencias ordenadas lógicamente, que a continuación se trata.

Algunas evidencias

1. Normas para la Redacción científica (RC)

Las Normas que orientan una universidad son: la Ley universitaria, el Estatuto universitario y sus Reglamentos. Dentro de éstos últimos deben estar los relativos a la producción científica y sus publicaciones. La pregunta es: ¿Tiene Reglamentos de RC, donde se precisa los detalles del lenguaje científicos para el informe de la Tesis de Grado y los Artículos científicas?. Si los tienen, a buena hora: y entonces ¿Es parte del pensum de estudios?.

Asumiendo que así sea: ¿Cómo explicar el frecuente error y/o carencia de RC en las Tesis de Grado y los Artículos científicos?

2. Actitud del Asesor │Consultor │Director │Jurado de la Tesis de Grado.

La competencia de estas personalidades académicas es muy importante y gravitante en la formación científica del universitario. Son personas como mucho (o se irrogan) poder intelectual y académico, que el tesista lo tiene que aceptar en toda dimensión, porque de ello depende mucho el futuro de su Grado académico. La pregunta es: ¿Tienen dominio de la RC, más allá de la competencia del conocimiento o ciencia que seguramente domina?. Obviamente no es suficiente enseñar: Metodología de la investigación y Seminarios de Tesis, (y a veces filosofía de la investigación) para luego plasmar el nuevo conocimiento y su dominio en un válido y confiable informe científico.

3. Actitud del Tesista

Hay dos tipos de tesista: 1) el Pregraduando, inexperto e imberbe en los gajes científicos, que acepta las opiniones y recomendaciones de su profesor asesor, y 2) el postgraduando, que puede cuestionar a su asesor; pero ambos terminan redactando su Tesis, imitando la redacción de tesis publicadas. Gran parte de las tesis arrastran por generaciones los errores y/o carencias de redacción, y la complementaria actitud de los tesistas, ayudan a perpetuarlas.

4. Capacidad del Tesista en Redacción científica

La RC se puede definir como el arte y la ciencia para comunicar validamente conocimientos, y cuyos usuarios los lean y comprendan fácilmente. Hay bastante evidencia empírica de los errores y/o carencias de RC en los tesistas Pre y Post Graduados.¹

5. Algunas partes estructurales de la Tesis de Grado que le complican la vida al tesista.

a. La racionalidad de la estructura de la Tesis de Grado

El tesista se enfrenta a esquemas o estructuras tradicionales, que en algún momento alguien las instituyo en su entidad académica, y que la tiene que aceptar. Por ejemplo encuentra Tesis de Grado, donde se aborda primero el Marco teórico, para luego abordar el Problema a investigar. Es decir, hurgar y navegar por una maraña de conocimientos y teorías, que pueden o no ser útiles para el Problema que ha identificado y le interesa resolver. En el mundo biomédico, donde se encuentran los conocimientos más fuertes, se identifica primero el problema y luego se lo apuntala con los conocimientos conexos. Lo primero, seguramente es útil para las Tesinas bibliográficas o para estudios del ámbito sociológico.

b. La inútil formulación simultánea del Objetivo y la Hipótesis.

Una peripecia que el tesista transita es, la inexorable formulación de la hipótesis de trabajo, «para la correspondiente prueba y contrastación de hipótesis», que su asesor ha decidido; pero que también simultáneamente tiene que formular el Objetivo.

Si bien la formulación de la hipótesis orienta y guía la investigación, mediante su explicación tentativa; el Objetivo también lo hace, pero en forma clara, precisa y directa. En el cuadro siguiente se presenta un frecuente ejemplo universitario, «tal cual»: Ambos (Objetivo e Hipótesis) dicen lo mismo, pero con diferente construcción literal.

De manera que con sólo el dominio y opción del objetivo se puede transitar a la solución del problema en estudio.

Sin embargo, se debe anotar que el objetivo del ejemplo requiere aún de una mejor RC, que transmita los siete elementos de un Objetivo: verbo medible, relación o conexión, variable independiente, variable dependiente, población, ámbito y tiempo.

Por supuesto que el manejo y utilidad de la hipótesis resulta importante: tanto en su modalidad estadística, en los Resultados (H. nula e H. alterna), cuanto en la Discusión, a través de la hipotetización de los conocimientos, en su encadenamiento hácia el contexto científico.

c. Cantidad de Referencias bibliográficas.

Con frecuencia muchos académicos ordenan al tesista cantidades máximas o mínimas de referencias bibliográficas, además, que también se observan en muchas «Normas para los Autores» de revistas científicas:

1. «Seleccione 50 bibliografías, y de las cuales la mitad provengan del ultimo quinquenio».
   
2. «Selecciones un mínimo de 20 bibliografías». Etc.
   

La pregunta es: ¿En qué se basan?. La ciencia es tan sabia que no necesita de esta clase de parámetros. Habrá tantas referencias como sean necesarias para en el esclarecimiento del conocimiento materia de investigación.

Literatura citada

1. Rojas CM. La redacción científica un tema pendiente en la universidad: Una aproximación. www.mrojas.perulactea.com (16 de Noviembre del 2009)